lunes, 20 de febrero de 2017


Concentración de gases invernadero en la atmósfera alcanzó récord

La cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera alcanzó un nuevo máximo sin precedentes en 2012, continuando una, advirtió la Organización Mundial de la Meteorología (OMM).
Entre 1990 y 2012 se ha registrado un incremento del 32 % del forzamiento radiactivo -un baremo que mide el calentamiento global- debido a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de larga duración que atrapan el calor, según el boletín anual de esta organización sobre gases de efecto invernadero, presentado este miércoles en Ginebra.
El dióxido de carbono procedente de emisiones relacionadas con la quema de combustibles fósiles supone el 80 % de ese aumento. Según la OMM, el aumento del CO2 presente en la atmósfera entre 2011 y 2012 fue superior a la tasa media de aumento anual durante los últimos diez años.
Desde el comienzo de la era industrial en 1750, la concentración atmosférica media mundial de CO2 ha aumentado en un 41 %, la de metano en un 160 % y la del óxido nitroso en un 20%, señala el informe.
Según la OMM, lo que está sucediendo en la atmósfera tiene un alcance mucho mayor, ya que aproximadamente solo la mitad del CO2 emitido por las actividades humanas permanece en la atmósfera, mientras que el resto es absorbido por la biosfera y los océanos.
El secretario general de la OMM, Michel Jarraud, precisó que las concentraciones de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso han aumentado a niveles sin precedentes de los últimos 800.000 años y como consecuencia.
El informe indica que el dióxido de carbono es el gas de efecto invernadero más importante emitido como consecuencia de actividades humanas y su presencia en la atmósfera alcanzó las 393,1 partes por millón en 2012, es decir, un 141 % del nivel preindustrial de 278 partes por millón.
En cuanto al metano, los datos recogidos por la OMM reflejan que es el segundo gas de efecto invernadero de larga duración más importante y, cerca del 40 % de estas emisiones proceden de fuentes naturales, como humedades o termitas, mientras que el 60 % restante proviene de actividades como la ganadería, el cultivo de arroz, la explotación de combustibles fósiles y la combustión de biomasa.
Tras un periodo de estabilización, las emisiones de metano se han venido incrementando desde 2007 y, el año pasado, alcanzaron el máximo de 1.819 partes por millón de millones, es decir, el 260 % más del nivel preindustrial.
Su efecto en el clima durante cien años es 298 veces superior a esas mismas emisiones de dióxido de carbono y juega un papel muy importante en la destrucción de la capa de ozono.

Beatriz Carapeto Barberena y Adrián Pulido Ortega

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-13162456